Río Experiencias: Kamishibai, el dulce arte de narrar historias.

Kamishibai, el dulce arte de narrar historias.

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- " Mamá, para tu alumnado ".  Me dijo mi hija la tarde del día de las madres, mostrándome su picarona sonrisa y un regalo entre sus manos.  Mi hijo estaba situado  al lado de su hermana, esperando atentamente mi reacción y dando pequeños saltos de alegría. 

- ¡ Un butai ! Deseaba tanto tener uno. Gracias, mis vidas. ¡ Que regalo más bonito ! Mi mirada ya no veía más que aquel preciado objeto. La yema de mis dedos acariciaban cada una de las vetas de la madera, tenía entre mis manos una joya que se inventó al menos hace 100 años. 

Un regalo para una maestra 

Mi hijo Rafael. M y mi hija Paula, han orquestado la manera de regalarme un butai. Hace tiempo que deseaba tener uno de estos y tanto Paula como Rafa lo sabían.  Es un pequeño teatro de cartón o madera en el que narrar cuentos usando unas laminas de papel que se van metiendo por detrás. 

El soporte se denomina butai y la técnica para narrar cuentos se llama Kamishibai, lo que pasa es que , parece ser que se ha deformado el significado y se llama kamishibai al pequeño teatro de papel. 

¿ Cuál es el origen de este soporte y esta técnica de narrar cuentos ?

Kamishibai, literalmente significa "drama de papel", es una forma de contar historias que se originó en los templos budistas de Japón en el siglo XII, donde los monjes utilizaban emaki (pergaminos que combinan imágenes con texto) para combinar historias con enseñanzas morales para audiencias mayormente analfabetas.

Se sabe que se  mantuvo como un método para contar historias durante varios siglos, pero posiblemente se le conozca más por su renacimiento en los años 1920 hasta los 1940. 

Los vendedores de chuches y cuentistas  

Los cuentistas, al llegar al pueblo o aldea, se colocaban en un lugar visible, sacaban dos pedazos de madera comúnmente unidos por una cuerda y los golpeaban, anunciando así su llegada a la villa. Estos cuentistas se llamaban gaito kamishibaiya.

Los niñ@s que compraban dulces a los gaito kamishibaiya tomaban los primeros asientos al frente del escenario. Los que compraban dulces mas caros se sentaban delante y los más baratos detrás, aunque no compraran dulces podían asistir a ver y escuchar la narración del cuento. 

Una vez ubicada la audiencia, gaito kamishibaiya contaba varias historias utilizando para ello un pequeño escenario de madera, llamado Butai​ que en la mayoría de los casos poseían muchos detalles artesanales en el que se insertaban ilustraciones que se iban removiendo a medida que se contaba la historia. 

Las historias eran a menudo series de cuentos cuyos nuevos episodios eran contados en cada visita a las villas.

El resurgir...

El resurgir del Kamishibai se puede asociar a la gran crisis de los años 1920  donde se convirtió en un medio en el cual los desempleados podían ganar una pequeña cantidad de dinero. La tradición fue en gran medida suplantada por la llegada de la televisión entrado en los años 1950 . Recientemente ha sido  revivida en las bibliotecas japonesas y escuelas elementales.

En la actualidad...

El Kamishibai también se puede encontrar en formato digital para ser visto en un ordenador.  Hay programas creados para usar animaciones, música y otros efectos de sonido para contar historias de muchos tipos como las historias de anime o del manga. 

Hoy en día en muchas escuelas se emplea  la técnica del Kamishibai,  entre docentes y cuentacuentos, por su gran  potencial para fomentar la narración oral, fomentando la lectura, favoreciendo la escucha, la espera y la observación. Mejoramos la calidad de las narraciones a nuestro alumnado, mejorando así la calidad de la enseñanza. 

Gracias, gracias, gracias a mi familia por tan preciado regalo. 

* Información e imágenes extraídas de la red. 

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Encarni Barragán

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invitación a pensar

¿El pájaro está vivo? El joven estaba concluyendo su periodo de preparación, y muy pronto pasaría a enseñar. Como todo buen alumno, necesitaba desafiar a su profesor, y desarrollar su propia manera de pensar. Así que capturó un pájaro, lo agarró con una mano, y lo llevó hasta él: -Maestro: ¿este pájaro está vivo o muerto? Su plan era el siguiente: si el maestro dijera “muerto”, él abriría la mano y el pájaro se echaría a volar. Si la respuesta fuese “vivo”, él lo aplastaría entre los dedos. De esa manera, el maestro siempre estaría equivocado. -Maestro, ¿el pájaro está vivo o muerto? – insiste. -Mi querido alumno, esto va a depender de ti – es el comentario del maestro. Pablo Coelho.