Me ha resultado muy interesante esta reseña que he encontrado en el Canal Lector en la red. He creído adecuado recogerla en este humilde espacio, para recomendarla a las familias y a otras docentes.
Camino de la escuela, padre e hija transforman el paisaje urbano, frecuentemente gris y anodino, en un universo de fantasía en el que los coches pueden ser amistosos animales y la fauna salvaje campa a sus anchas entre calles y aceras.
La imaginación es un ingrediente secreto con el que es posible transformar las cosas que ocurren alrededor.
La complicidad entre los protagonistas, discapacitados visuales, se hace evidente a cada paso. Juntos comprenden mejor cada sonido y describen el camino perfecto, radiografían los sentimientos de aquellos con quienes se cruzan, comparten esencias y recuerdos, incluso bailan como si fueran los Fred Astaire y Ginger Rogers del XXI al son de la alegría.
La travesía en su compañía es emocionante y convierte la realidad en un entorno más feliz, mágico y armónico.
El regreso de Gonzalo Moure, uno de los más destacados autores de literatura infantil y juvenil, posee el magnetismo de sus narraciones clásicas, cualidades que se potencian con el tratamiento que la artista barcelonesa María Girón confiere al apartado gráfico, tan poético como evocador y desnudo de artificios, un deleite para los sentidos."
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