“ LUCÍA, EL HADA DE
LOS CUENTOS “
Érase una vez una hada llamada Lucía. Tenía el pelo
de color marrón, al igual que sus ojos, su piel era de color carne, tenía una
hermosa sonrisa siempre y media más o menos un metro de altura, lo que suelen
medir las hadas y los hados. Ella quería
venir al Portal de Belén para leerle cuentos al Niño Jesús, porque ella es una
de las hadas que más libros e historias conoce y es la encargada de animar a
los niños y niñas desde muy pequeños a que lean. Es como una Madrina Lectora.
Como quería venir al Portal de Belén, pidió permiso
a su madre y a su padre para que le dejasen ir a la E.E.I “Río Ebro” de Motril.
Allí las niñas y los niños de la Clase Clara Campoamor estaban haciendo entre
todos y todas un bonito Portal de Belén con muchos colores.
El hada llegó a la Escuela volando, usando sus
polvitos mágicos y sus estrellas voladoras.
Cuando llegó a la Escuela entró al patio pero no
sabía dónde estaba el Portal de Belén, entonces se paró en la puerta del
colegio para preguntar a una maestra.
-
“Buenos días , ¿ dónde está el Portal de
Belén de los niños y niñas de 4 años?, por favor. Preguntó Lucía muy amable a una maestra que estaba en
la puerta del colegio.
-
“Buenos días, cariño”.- Contestó la
Seño. El Portal de Belén que tú estás buscando está en la primera planta. Sube
con cuidado las escaleras y lo verás al fondo.
-
Muchas gracias, contestó Lucía.
Lucía comenzó
a subir las escaleras, iba despacito y bien agarrada a la baranda azul. Y al terminar
de subir las escaleras: ¡ allí estaba el Portal de Belén ! sintió mucha alegría
y una gran sonrisa iluminó su carita.
Pero había un problema y es que el hada Lucía, había
olvidado traerse un cuento de casa para leérselo al Niño Jesús. Entonces Lucía
comienza a sentirse triste, un calor recorre su cuerpo haciendo que sus ojos se
llenen de lágrimas y sin poder evitarlo, comience a llorar y a llorar. Se
sentía tan triste y afligida que se sentó en el quicio de la puerta de clase
mientras no paraba de llorar.
Pero cuando llevaba un rato llorando, miró hacia un
lado y vio una mesa llena de cuentos, estaba dentro de la clase y entonces, pensó
que podía pedir prestado alguno de esos libros para leer. Se secó las lágrimas
con el puño de su camiseta y respiró algo más tranquila.
Lucía esperó a que llegasen los niños y niñas de
esta clase junto con su Seño. Entonces saludo, se presentó y le pidió si por
favor, podía dejarle alguno de los ejemplares que había en aquella mesa, porque
ella quería contarle una historia al Niño Jesús regordete.
Para los niños y niñas de la clase fue una bonita
sorpresa, el encontrarse aquella mañana a un hada de verdad en la puerta de su
clase. Se emocionaron mucho y la invitaron a entrar en el aula.
El hada Lucía, les contó que venía del Pais de las
Hadas y que quería ver nuestro Belén y leerle muchas historias al niño Jesús.
Los niños y niñas de la clase se fueron presentando, diciendo sus nombres al
hada.
--¿ Sois tan amables de `prestarme uno de vuestros
cuentos? ¿ Qué lectura me recomendáis? ¿Cuáles son vuestras historias
preferidas? --- preguntó el hada.
--- ¡ Por supuesto que SI! Dijeron los niños y niñas
. Claro que te prestamos un cuento, dos o los que quieras se escuchó sobresalir
la voz de una niña que ya era una gran lectora.
--Pero, podemos escuchar la historia que le vas a
contar al niño Jesús, dijo un niño que siempre se mostraba algo tímido y en ese
momento se sentía muy emocionado.
--- ¡Estupenda idea! Dijeron a la vez la Seño y el
Hada.
Entonces las niñas y los niños se pusieron en fila y
salieron a la puerta de clase, donde estaba el Portal de Belén. Se sentaron
ordenados en el suelo, preparados y preparadas para escucha la historia.
Una tierna historia que le encantó y que
nunca habían escuchado “ La araña de Nazaret”, era uno de las historias
preferidas de la Seño llegada estas fechas.
A los niños y niñas les había gustado mucho aquella
historia y le pidieron al Hada que viniera otros días a leerle otros cuentos y
a contarle otras historias. El hada Lucía aceptó encantada.
Esa mañana se quedó en clase a desayunar con los
niños y niñas, porque ellos le invitaron y compartieron su comida con ella. Era
una forma bonita de agradecimiento.
Y colorín colorado, esta mágica historia se ha
acabado.
* Esta historia la hemos escrito en clase, cada alumno y alumna ha ido aportando ideas y la Seño ha ido anotando las ideas. Aún quedaría que pulirla pero esta es nuestra historia.
El hada se llama Lucía porque hoy es el Santo de las Lucías.
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