Os narro una breve historia sentimental. El pasado domingo por la mañana, bajando de La Garnatilla encontramos perdida a esta perrita. Es un coquer rubio, muy dócil, cariñosa, se mostraba educada y jugetona con los niños, por eso me hizo pensar que tendría familia y por lo tanto Chip identificativo. Nos la quedamos en casa sin problema. Se había encariñado mucho conmigo.
El lunes la llevamos a la Clínica Taoro y muy amablemente localizaron el Chip y por lo tanto a sus dueños. La perrita se llamaba Lola y vivía cerca de dónde la recogimos, habría salido de casa sin permiso y andaba desorientada por la carretera.
Llamamos a su familia que vino a recogerla minutos más tarde y se mostraron muy agradecidos. ¡Un corto pero intenso viaje antes de volver a casa Lola.!
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