A primera hora el papá de Alba nos ha traido el azúcar a clase y, cuando he ido a recoger el pan para desayunar, cuál no ha sido mi sorpresa que en la panadería Bambú, ésa de la que nos llega el olor de pan recién hecho de ventana a ventana por estar tan cerca del cole, pues nos han regalado el pan. Me he traido 4 barras y me las han regalado y es más, el panadero, muy amable como siempre, me ha comentado que quiere regalar el pan que necesitemos para realizar esta actividad durante todo el tiempo.
Creo que como madres y padres del alumnado debéis saberlo. Y para otras personas que me consta que nos siguen, primero comentar que estas buenas sorpresas pueden pasar porque, aunque la panadería es un negocio, el panadero es una persona que ha querido apoyar una actividad que ha considerado sana y nutritiva y segundo decir que cuando se piensa que una actividad puede ser interesante hay que ponerla en práctica, porque como en este ejemplo puedes encontrar mucha más ayuda de la que pensabas.
¡Gracias pues a la panadería Bambú!
¡Gracias pues a la panadería Bambú!
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